miércoles, 22 de noviembre de 2006

ESQUIZOFRENIA


HOY NO DORMI DEMASIADO…..
CUANDO NO DUERMO, LA REALIDAD Y LA FANTASIA SE ME MEZCLAN… ENTONCES NO PUEDO SABER QUÉ ES CIERTO Y QUÉ NO LO ES.
ESTA MAÑANA YENDO HACIA EL CUARTO DE BAÑO, ESCUCHÉ EN UNA HABITACION VACÍA DE LA CASA, QUE ALGUIEN HABLABA.
ME ASOME Y VI DOS MUJERES, DE ESPALDAS.
UNA ERA YO, BUENO, ME PARECIÓ QUE ERA MI ESPALDA… Y LA OTRA, TAMBIÉN SE ME PARECIA BASTANTE.
LUEGO, VIÉNDOLA MEJOR, OBSERVÉ QUE TAMBIÉN ERA YO.
SORPRENDIDA, ME QUEDÉ ESCONDIDA CERCA DE LA PUERTA, OYENDO LO QUE DECÍAN.


- Yo necesito verlo. Así. De frente frentón, de una. Para salir de dudas de una vez.
- Yo no puedo verlo. No tengo el tiempo para ir, ni las condiciones subjetivas para hacerlo. Porque hacerlo además, me traería nuevas dudas. Otras. Peores presumo.
- En cambio, a mi me parece que sería un encuentro mágico. Al fin tocarnos, mirarnos a los ojos…. Caminar por la playa. Contarnos tantas cosas. Claro, también hacer el amor.
- ¡Vos estás loca….! Mirate. ¿De dónde sacas que le podés gustar?. Imaginate que papelón si después de verte, te dice, me tengo que ir urgente. Nos vemos otro día. O si como en tu cuento, lo hace de favor, sin ganas. Para sacarse el problema de encima. Nunca vas a estar segura.
- Lo que pasa, es que vos sos pesimista. El no haría eso. Es demasiado sincero. Si no le gusto, además, soy lo suficientemente inteligente para darme cuenta. Lo dejamos allí y ya. Eso también es una posibilidad. Sacarse las dudas es también eso. Ver que siento, allí. In situ.
- Yo no quiero verlo. Definitivamente, prefiero las dudas. De qué me serviría verlo? Si lo maravilloso es esta ilusión. Este deseo de buscarlo en las noches y que esté. Conversar, pelear, reirnos…. Qué puede ser mejor. Cuánto mejor, ademas. Un olor, un beso. Obvio que también está lo del sexo. Ahí ya me quedo sin argumentos. Pero un buen polvo no se si vale la pena de una gran desilusión. Y si es tan genial como lo imagino, peor. ¿De qué me disfrazo cuando deba volver a mi realidad?
Sería una angustia aún mayor.
- Yo creo que siempre vale la pena continuar. Avanzar cuando hay que hacerlo.
Son como etapas. Cuando conocés a alguien, y te invita a salir. Allí conversás, te conocés… Otro día, van a bailar, y luego él te acompaña de vuelta. Ya podés darle un beso en la puerta. O en el auto antes de bajar. Según….
Otro día se citan de día. Eso es mucho compromiso. El sol sella noviazgos. Y se dan la mano, y se besan.
Una noche, de café y confesiones, indudablemente llevará a la cama. A cualquiera. Y la cosa sigue, terminarán imaginando los hijos que tendrán….
Son los pasos, cualquiera los conoce.
Para mí, el paso siguiente es conocernos. Es un tapón en la relación. Luego se ve si sigue, cómo, cuándo, no se puede planear en el aire
.
- ¡Ay, boluda, lo ves todo como en un libro de autoayuda!. Primero, segundo, tercero…. La vida no es así. Al menos, mi vida nunca fue así. Como dice la chica de la serie Scrubs, - yo siempre hice el amor en la primera cita, para romper el hielo…
Yo no tanto, pero no me regí nunca por esas “reglas”… ¿de dónde las sacaste? En esta etapa de mi vida, con un matrimonio fracasado, una hija, una experiencia “olvidable”, no me puedo dar el lujo de hacer pendejadas.
No vivo sola, ni estoy sola en el mundo. Debo pensar bien en lo que quiero y lo que necesito. Y creo que lo que necesito es esto. Esta ilusión y el pensar en la la utopía de una posible concreción, pero sólo eso. La felicidad está en saber que existe y que me ama, y que existo y que lo amo.
- ¿Y vos me decis boluda a mi? Que sarta de choteras te salen por la boca…. Podés hablar y hablar meses seguidos y lo peor es que te lo crees. ¡La idealización que te cargás es INCREIBLE. ¿Y qué pasa si el tipo no es lo que esperás? ¿Y si al fin de cuentas, no hay ni media onda?. No podés inventarte un “amante” y mantenerlo on-line, indefinidamente. Es una estupidez enorme. Lo ves, te sacás las ganas, las dudas, si está todo bien, vemos como seguimos. Si está todo mal, buenas noches. A los cuarteles de invierno. ¿Qué vas a esperar? Tampoco tenés veinte años. El pasado ya fue. ¿Y si es el amor de tu vida? Piba, tenés que vivir hoy. Aquí sola te vas a secar. Esa máquina de mierda no te va a dar nunca una caricia.
- Ya lo se. No soy tan boluda. No espero caricias, sino las buscaría en otra parte. Siempre hay un roto para un descosido. No es tan difícil. O al menos no es imposible. No ando buscando "un" tipo. Estoy enamorada de un hombre que vive re lejos, que tiene una vida, una familia, un trabajo, que nunca, escuchá, NUNCA, va a venir a verme. Esta relación la sostengo yo, más que nadie. Y las dudas y las NO dudas, son mías. Es tómalo o déjalo. Y lo tomo así. Porque de verdad me gusta estar con él. En estas condiciones, que por ahora son las posibles.
- Yo voy a ir a verlo. Y va a ser genial. Y nos vamos a besar tanto, y vamos a coger tanto, que me caliento de solo imaginarlo. A esto hay que ponerle lujuria. Y ganas. Jugársela. ¿A qué tanto pensar? Luego quedamos para vernos una vez por mes, o algo así. En Santiago, por ejemplo, que está a medio camino de ambos. O que se yo. Pero jugársela. Cuando uno ama de verdad, le pone el pecho al viento. Vivir, es todo lo que podemos hacer antes de morir.
- Ojalá lo tuviera tan claro como vos. Para mí, esto es algo de a dos. Aún no hay eco, y ese silencio a mí me dice mucho. Estoy loca, pero no tanto como para remar sola contra la corriente. No es un chiste, ni un levante, ni un rebusque. Para mí es serio. Ir despacio, con pie firme, A lo mejor, más adelante... Yo tampoco digo de no conocerlo nunca jamás. Pero no pronto. No por ahora. Él no lo siente así y yo tampoco. Ese encuentro tiene que ser muy especial. A lo mejor debemos consolidar más lo que sentimos, estar seguros. ¿Para qué quemar etapas al pedo?
- Seguis delirando... ¿Qué fumaste esta mañana? Consolidar qué…? Para coger no necesitas consolidar nada. Lo que es yo, tengo una calentura de diez mil años. Y ya se que lo amo. Me gusta, me excita, me vuelve loca. Hablo con él y ya estoy a full. En la foto está re lindo. ¿Viste como lo miro? Si hasta me da vergüenza que se me noten las ganas que le tengo. Cuando se enoja me pone peor. Me iría hasta allá y saltaría como una gata sobre él. Me encanta cuando me dice ¿qué haces en yahoo? Es divino. Me tiene mal. Todo el día así.
- Vos, nena, ¿qué tomaste?. Yo te hablo de un super amor, perfecto y bello y vos me salis con esas guarangadas, se supone que somos más que ganas de coger. El amor también es aguantarse las ganas. Es re lindo. Por dentro, que es lo que más me importa. Me escucha, me lee (bueno, no le queda de otra, pobre) lo vuelvo loco con tantas boludeces… y sin embargo, ahí sigue. Con una paciencia de santo. Es re buen tipo. Me conmueve con su ternura, cuando se le escapa. Igual tengo mis dudas de si está taaaaaan enamorado. Ya te dije que no voy a tirarme a la pileta si no hay agua. Vamos a planearlo juntos. Cuando tenga que ser, será. Además, vos estás tan segura de que le vas a gustar. ¿Te viste la celulitis? Y ese culo…. Un poco de gimnasio no te vendría mal. Y cortarte ese pelo, horrible, y esperar a que crezca luego, un poco mejor. Sos un escracho, pendeja. Ni ahí le vas a gustar. Cuando te vea se muere, pero del susto. No se cómo no pensas en esas cosas. Si estás tan caliente, deberías conocer a alguien más, sacarte las ganas. Probar, a ver si te acordás como se hace. Y fijate si le gustás a alguien. Así como sos, así como estás…
- Bueno, miren quien habla…. La diosa Lilith, la divina, la maléfica seductora. Vos sos igual que yo. Fea e insufrible. Creés, solo creés, que le gusta leerte, que le encanta escucharte y que no tiene ganas de cogerte. Querés, creer eso. Querés creer que él siente lo mismo que vos. Querés un amor perfecto, lejano pero perfecto. Que lea y admire las pelotudeces que escribís. Como si le importaran a alguien. No le importan. Nunca te dice nada de lo que escribís. Vos sos la boluda que cree que puede impresionar a alguien con tanta cosa boba y dulzona que escribís. Sos pesadísima… no te das cuenta. Pero, cada cual con lo suyo. Seguí creyendo que encontraste al amor de tu vida. Yo no lo sé aún. Pero voy a salir de dudas.
- Es el amor para mí. Y yo soy esto. Si no le gustara como soy, ya se hubiera desconectado hace rato. Me quiere. A lo mejor es cierto que lo bombardeo, como él dice, pero sabe que es porque lo pienso, porque estoy en esta etapa, de ensoñamiento. Ya va a pasar. Y volveremos a la tranquilidad de necesitarnos mansamente. Sin urgencias. El tiempo traerá las respuestas que me faltan. No necesito SALIR-CORRIENDO-COMO-LOCA a zamarrearlo y preguntarle, ni a cogerlo como desesperada. Puedo esperar. Y nunca fui linda ni lo seré. Pero puedo ser entretenida.
- No se. Yo me voy a verlo. Luego, con la felicidad en el rostro, te cuento. ¡Amargada!.
- Yo me quedo. Y cuando vea que en vez de felicidad tenes los ojos llenos de decepción, también te cuento.


ASI ME FUI. PENSANDO.
NECESITO DORMIR URGENTE
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lunes, 20 de noviembre de 2006

LILITH


Lilith, la sombra de Eva
Lilith, aquella que surgió al mismo tiempo que Adán de las manos del Creador es, según el mito, una criatura espontánea y libre, de fascinante belleza, que posteriormente se convirtió en un ente maléfico, en un ser de la oscuridad pero que, en todo caso, guarda en sí, como símbolo, un sentido que la emparenta con la Gran Madre de las civilizaciones antiguas, sobre todo en su aspecto tenebroso.
LOS SÍMBOLOS Y EL LENGUAJE SIMBÓLICO Se ha dicho que el lenguaje simbólico es el verdadero lenguaje de la Humanidad, característico del mundo interior humano. Lengua olvidada, sin embargo, que emerge en nuestro ámbito onírico, en nuestra imaginación, nuestra fantasía y también a través de la creación artística, cuando podemos dejar a un lado la mente que analiza, divide y parcela; nos habla, igualmente, desde los mitos y los cuentos y leyendas.Una particularidad del lenguaje simbólico es la condensación de elementos. Así, un símbolo recoge, contiene, sintetiza, integra y alude a varias abstracciones, ideas o conceptos, a menudo estados de ánimo y muchas veces actos; y se conecta con los mismos y puede enlazar con otros símbolos mediante relaciones de semejanza, contigüidad, analogía, etc…
El símbolo es polivalente y polisemántico, esto es, admite diferentes valoraciones y diversas lecturas, poseyendo varios niveles, significados y sentidos de interpretación diferentes. Con tales premisas nos enfrentamos a Lilith y a nuestros primeros padres.
No sabemos casi nada de Lilith. Salvo una brevísima mención en el libro de Isaías, La Biblia cristiana no dice nada más sobre la mítica primera dama de la historia de la Humanidad y a la que, por tanto, le cupo el honor de ser también la primera pareja de Adán, antes que Eva se oficializara para la posteridad recogiendo para sí tal papel. No existen apenas datos originales de esta figura que ha llegado hasta nosotros procedente, sobre todo, de la vieja tradición talmúdica; aunque no es exclusivamente oriunda de tal contexto, ya que, comparaciones, equivalencias y similitudes aparte, nos encontramos claramente identificada a nuestra protagonista en la vieja simbología súmera y babilónica integrando, incluso, ciertas versiones del ciclo de Gilgamesh. Con lo cual, nuestra dama goza de una antigüedad considerable.Parece que, siguiendo con su propio mito, que nos la muestra como una guapa fémina muy enigmática y bastante siniestra, fatídica y perversa, indómita e impetuosa, celosa de su independencia, rotundamente atrayente, de ardientes deseos y de contundente seguridad en sí misma, que se rebela contra el rol asignado para las de su sexo, capaz de plantarle cara al mismísimo Creador si es preciso (como así hace) y de marcharse incluso del Paraíso para refugiarse finalmente en los abismos más profundos y sentar allí sus reales, también se ha ocultado para nosotros en el fondo de los siglos portando con ella su secreto.Mas no por ello ha dejado de ser popular, pues a Lilith se han referido, entre otros interesados, feministas de pro entre las que algunas no han dudado en declararla su heroína favorita, sagaces psicoanalistas tal vez fascinados por su catálogo de cualidades y, cómo no, todo tipo de estudiosos de la Mitología y de la Simbología.¿Será tan seductora Lilith como para merecer tanto esfuerzo?Vamos a emprender nuestra tarea a través del estudio del simbolismo de nuestra elegida, apoyándonos en la lectura del contenido del símbolo de Lilith, así como el de Eva y Adán, tal como nos lo muestran el capítulo III del Génesis al describir la creación humana y el posterior pecado que ocasionó el despido definitivo del Edén decretado por Yavhé-Dios para la primera pareja y para sus numerosísimos descendientes. Un estudio simbólico que considerará como una unidad el mito cristiano de la Creación del hombre y que abarcará aspectos antropológicos, psicológicos y sociales. Para ello, conviene precisar algunos puntos sobre el lenguaje simbólico antes de introducirnos en nuestro tema:
Presentando a nuestra protagonista* Lilith pertenece a la tradición judaica aunque, según algunos, haya sido "tomada prestada" de la mesopotámica, dentro de la cual es posible hallarla morando entre las ramas de un árbol que la mismísima Inanna plantó en un jardín sagrado de la ciudad de Uruk después de haberlo rescatado de las aguas del Éufrates, para hacerse de él un trono y un lecho, una vez crecido.
* El nombre de Lilith deriva del hebreo Lil, que significa noche, por lo que Lilith vendría a significar la nocturna, término que nos transmite la idea de oscuridad, de ausencia de luz, y que se relaciona con sus características personales y su ámbito de acción: la otra faz del día y los hechos que en tal momento acontecen. Una de sus representaciones y uno de sus animales asociados, la lechuza, refuerza esta consideración al tratarse de un ser que se desenvuelve en las tinieblas.
* Se han hecho muchas traducciones, equivalencias y comparaciones del término "Lilith", y ninguna de ellas demasiado agradable, pues se la conoce como Ave de noche (ahora sin especificar), ser monstruoso, ente espectral, fantasma nocturno, diablesa, etc.; se la ha llegado a emparentar con las tentadoras, sensuales y libidinosas súcubos, tan famosas en el Medioevo, erigiéndose nada menos que en Reina de las mismas.
* Lilith ha sido vinculada también con unos seres parecidos a los demonios del mediodía griegos (esta vez diurnos), ninfas de los campos de tersos cuerpos etéreos relucientes de sol; criaturas indomables, inocentes, ardientes y salvajes, que fascinan y enloquecen a los campesinos enamorándolos sin remisión. Algunas tradiciones cuentan, a este respecto, que entre el cabello de Lilith se encuentran, enredados, los corazones de los jóvenes que sucumbieron a su hechizo
* Se ha comparado a Lilith con las terribles lamias de la tradición grecorromana (recordemos a la reina Lamia que por su crueldad fue transformada en fiera y que devoró luego a sus hijos) y con las lamias de las creencias medievales, tanto seres de rostro de mujer y cuerpo de dragón como maléficas féminas que se alimentan de niños, que conviven con dragones acumuladores de tesoros en cuevas, y que tienen como distintivo un peine de oro, estando muchas veces provistas de unas patas (en lugar de pies) que terminan en pezuña hendida; guardan cierto parecido con algunas representaciones de las regentes y protectoras de fuentes y manantiales gallegas y cántabras, herederas de la tradición celta, y con algunos personajes femeninos de cuentos y leyendas que, a veces, aparecen con uno de sus pies correspondiendo al de un macho cabrío o al de una oca, siempre aludiendo a la presencia de un componente animal todavía activo, algo arcaico aún no del todo eliminado de ellas.
* Se le ha encontrado cierta semejanza a Lilith con las Xanas (Janas: Dianas) astures y las lamias del folklore vasco, aquellos seres similares a las hadas, a las ninfas y a criaturas de la Naturaleza semejantes, servidoras y a veces representantes de la propia Diosa Mari (la Gran Madre y también la Madre Tierra), que castigan y premian a los humanos (uno de sus regalos favoritos es la posibilidad de transmutar el carbón o paja de sus favorecidos en oro); que habitan en montañas, cavernas, cuevas y oquedades diversas, así como en manantiales y fuentes; y que a menudo aparecen hilando o alisando su largo cabello con unos peines de oro que semejan la media luna, o recorren los cielos, aureolada su cabeza con el blanco resplandor de la luna llena, o bien cruzan el firmamento portando una hoz de oro mientras arrastran consigo las tempestades y se envuelven en unas lenguas de fuego que desdibujan y afilan sus miembros inferiores.
* Además, se ha equiparado a Lilith con seres semejantes a las ondinas o a las nereidas, imaginándosela entonces con la parte inferior de su cuerpo correspondiendo a un animal acuático, tanto un pez como una serpiente marina.
* Se la ha asociado, aun, con serpentinas figuras infernales de torso humano similares a la Equidna griega o a otras habitantes del mundo inferior (la mansión de los muertos, el inframundo y también el inconsciente) como Hécate, por ejemplo, provocadoras de pesadillas, portadoras de terrores nocturnos, generadoras de espanto y relacionadas con los vínculos que se ansían pero que aprisionan, con la fuente del deseo, con la fuerza de las pulsiones, con la intensidad de los motivos humanos íntimos que instan a su satisfacción y que pueden llegar a ser destructivos. (Resaltemos aquí el hecho de que, entre su mucha descendencia monstruosa, como el Can Cerbero, guardián del Hades, Equidna fue la madre del buitre que ha de devorar por toda la eternidad las entrañas de Prometeo encadenado al Cáucaso).
* Hay que señalar que Lilith en algunos aspectos está vinculada con todas las Diosas Madres que conllevan un matiz de oscuridad, que reinan sobre los elementos (riquezas includas) del mundo subterráneo y que se relacionan con el aspecto vida y muerte de las cosas. Son cuna y sepulcro, principio y fin.
* Por último, no olvidemos que Lilith es representada popularmente como una seductora mujer, sin más vestido que su propia piel, provista de abundante pelo rizado (rojo por más señas) que se extiende como un manto a su alrededor; y que tiene por costumbre sentarse sobre la concavidad de la media luna.Se trata de la luna oscura, que aparece visible al tercer día de la luna nueva en el horizonte oeste, mostrando una breve franja de luz arqueada, permitiéndonos contemplar las sombras que envuelven al resto de la esfera.
Lilith en la tradición hebrea* El Talmud describe a Lilith como una bella y encantadora fémina de opulenta figura y espectacular cabellera ondulada y la cree madre de gigantes y monstruos. Algunas versiones de este texto nos la emparentan con un animal de pelo muy abundante perteneciente a una antigua especie no precisada, ya extinta y problablemente desconocida en la actualidad.
* En la demonología cabalística se la designa como uno de los siete demonios tradicionales, en concreto el adversario del genio de Venus, siendo ambos regentes del viernes. En tal versión, Lilith tiene faz humana, lleva el busto desnudo y su cuerpo termina en una larga cola de serpiente.
* También en la Cábala se la llama la reflexión femenina de Samael o Samael-Lilith. Satanás es el adversario por excelencia y una de las versiones de Samael, y Lilith asumiría características de "doble opuesto" y "doble contrario". Desde aquí se la entiende de nuevo como un ente maligno semianimal o medio humano.
* En el Zohar se la conoce como Hayo Bischat: "la Bestia", y también la "Mala Bestia", y se afirma que de ella descienden nuestros actuales monos. * Finalmente, no podemos olvidar las tradiciones de corte astrológico que relacionan a Lilith con la "luna negra". En este contexto, estaría representada gráficamente por un punto concreto del cielo situado en la parte más alejada de la órbita lunar respecto a la tierra. A nivel psicológico, se supone que operaría sobre los impulsos inconscientes reprimidos que, individualmente, se expresarían según el sector zodiacal (signo y casa particular) activados por su presencia y conforme a los aspectos que presente con otros elementos astrológicos. > sí pues, tenemos que Lilith se nos aparece como seductora mujer, bello animal, ambiguo ser a medio camino entre el humano y la bestia, ente monstruoso, diablesa, fascinante demonio hembra y espectral habitante de las sombras, generadora de seres aberrantes. Pero siempre se muestra impulsada por la pasión y rodeada por un magnético halo de misterio, de transgresión, de oposición, malignidad, peligro, desacato, rebeldía, tentación y deseo.Y por el contrario, también de frescura, espontaneidad, independencia, libertad y tal vez autenticidad; pues todo simbolismo es ambivalente y polivalente, como ya se ha señalado, cosa que los pocos elementos concretos y muy modificados de su mito a los que podemos acceder nos confirman.Mas no por dejar de pertenecer al plano físico se privó Lilith de las delicias de la fecundidad, ya que según nos muestra la tradición engendró seres en tales correrías nocturnas. Y lo hizo, para más precisión, durante los 138 años que -dice la Cábala- tardó Adán en engendrar a Seth después de que hubieran nacido Caín y Abel, cifra que nos da una idea de la longevidad (mítica) de nuestro antepasado y de la espaciada capacidad generativa de ambos progenitores.o es extraño que en vista de los anteriores avatares Lilith no sea nada grata en la tradición hebrea. Está feo, desde este contexto, tener la osadía de querer asemejarse al varón reclamando paridad con el mismo, discutir el rol a tomar respecto a éste, desobedecer las órdenes del Hacedor con tanto atrevimiento, abandonar el Paraíso… Pero lo más terrible de todo es el hecho de invocar el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave.Un primer análisis del mito nos muestra que Lilith ha abierto las puertas de lo prohibido. Lilith ha roto con lo estipulado por el Creador para la raza humana. Ha quebrantado lo establecido, se ha querellado contra el orden natural de las cosas, ha abandonado el lugar propio de la Humanidad, ha transgredido los límites impuestos a los seres humanos (algo que también hará Eva en su momento) y por ello se ha colocado fuera del mundo de los hombres y se ha convertido a sí misma en apátrida, en exilada, en extraña…Es por su actitud frente a las normas por lo que se considera a Lilith enemiga del matrimonio, adversaria de los nacimientos, contraria a los hijos, instigadora del deseo proscrito y fomentadora del desacato, en general, frente a las reglas sociales establecidas. Por todo ello, en definitiva, en el contexto judaico se la tiene por un ser nefasto y un ente maligno en general; de ahí su asociación con lo diabólico y su vinculación con la tentación y la transgresión, a evitar, por supuesto, si se pretende mantener un orden sociocultural determinado.Vemos entonces varios aspectos a considerar en el análisis del mito de Lilith.
a).- AntropológicoSu situación de primera mujer antes del nacimiento de Eva la presenta como un ser previo a la adquisición de la conciencia humana, como un representante de una "humanidad previa"; por decirlo así, un grupo de seres anteriores a la humanidad que todos conocemos y de la cual todos participamos en la actualidad.
b).- ReligiosoCiertas particularidades de las personificaciones de Lilith podrían emparentarla con características, atributos y potencias relacionadas con la Magna Dea, la Diosa en su aspecto oscuro en la plena acepción del término, como por ejemplo su capacidad generativa, su relación con la sabiduría profunda, su vinculación con la vida y la muerte, su asociación con lo abisal, etc.
c).- PsicológicoLilith contiene en sí elementos suficientes que, sin hacer una valoración moral, sí nos permiten en cambio pensar en un patrón típico de lo femenino caracterizado por rasgos como la independencia, la autonomía, la autopertenencia, la confianza en el propio criterio, el sentido crítico, la vinculación con el propio ser y el propio deseo que desde nuestra mentalidad la hacen conceptualizar como individuo libre. El mismo hecho de su "ocultamiento" en las profundidades nos mostraría que el factor Lilith puede estar en determinadas mujeres reprimido, oculto en su propio interior, mas permanece latente y actúa desde las propias profundidades.
d).- SocialLilith nos remonta a la tan mitificada, por otra parte, etapa matriarcal de la Humanidad, cuyos restos casi podemos exhumar si hacemos arqueología cultural y, aún ahora, contemplamos implícitos en algunos textos de la Literatura clásica y en el simbolismo de las Diosas lunares.El simbolismo de Lilith, por tanto, apuntaría a un momento previo al actual orden social patricéntrico que ha prefijado determinadas pautas de relación entre hombres y mujeres. Y por "actual" entendemos vigente, en el sentido de que corresponde a unos códigos todavía en uso en los patrones culturales judeo-cristianos y en las sociedades a ellos adscritas; códigos que se remontan a los orígenes mismos de esta tradición. No hay más que ver cómo ha "desaparecido" Lilith, cómo aparece Eva en el Génesis, la interpretación y la divulgación tan particular que durante siglos se ha hecho de los actos de nuestra primera madre como portadora del mal y fuente del pecado para la Humanidad, además de las consecuencias sociales e individuales provocadas con tales transmisiones.

Paloma de Miguel. Psicólogo

domingo, 19 de noviembre de 2006

DESMEMBRADA




¿Y por qué no? En la búsqueda de noticias, de señales, de palabras abrazos, de caricias augurios. Así te espero. Desmembrada. Rompecabezas rebelde, corazón puzzle que espera con sus brillantes desesperaciones, que lo rearmes, que lo reincrustes.


Cielo, invierno marrón, noches sin sueño, con sueño, llamados de urgencia, dudas, dudas...


Si probáramos querernos mudamente, quietamente, en el silencio de las manos podríamos encontrarnos con la sorpresa de que las palabras al fin sobraban, que el verbo estaba en nuestro cuerpo, que tu sexo sabía recitar de memoria los romanceros completos de los pretiempos, de los prehombres, de los preamantes.


Y tal vez veríamos con sorpresa que las palabras que nos faltaban no empezaban con a, b, o c, o x, o y, o z. Sino que empezaban con besos pequeños de sorbos suaves y miradas de incipiente lujuria, de consabida ternura. Esas miradas que consienten el húmedo escudriñazgo mutuo.


En el socavón del deseo, tu luz sabia de minero sabrá excavar hasta encontrar las liquídas piedras preciosas que harán tu fortuna. Esa riqueza que sólo se entregará a tu búsqueda de Aladino que sabe el ábrete sésamo para levantar las barreras de mis prejuicios.


Desmembrada te espero, para que me forjes nuevamente. Desde el primer pelo amarillo hasta la última falange, desde la aorta hasta el tendón de aquiles, desde las cejas hasta mi última arruga.


Recorta lo que sobre, lo que angustie, los pedazos rencor, los límites sombra, los rictus, las despreciables verrugas de bruja. Aligérame de ayeres, despójame de las traiciones, hazme blanca, liviana de lágrimas, estrújame los pesares, perfúmame de semen, de alondras, de sauces.


Ámame y ármame de nuevo.